En República Dominicana el liderazgo eclesiástico, no
difiere mucho al liderazgo de interamérica, tenemos considerables desafíos y
limitaciones, pero nuestros líderes parecieran ser que están muy enfocados en
el cumplimiento de la Misión.
Creo que en los últimos años nuestros líderes están un
poco más abierto al cambio, a nuevas ideas y métodos de trabajo, esto sin
obviar a unos pocos líderes que están dirigiendo, pero con métodos antiguos que
a la verdad no se aplican ni al tiempo ni a la iglesia de hoy.
Nuestros líderes a nivel local y a nivel mundial deben de
preparar a los líderes del futuro, si bien es cierto la declaración de la
hermana White de que los jóvenes terminarían la obra en el mundo, deberíamos ocupar
más tiempo en preparar a ese ejercito joven y a confiar en ellos.
Como diría aquel que clamaba en el desierto, a mí me toca
menguar y a Él crecer, creo que si nuestros líderes tuvieran muy en cuenta este
principio entonces hubiese más disponibilidad al cambio y a forjar un nuevo
cuadro de un futuro innovador.
Con aprecio su amigo
Alex Lizardo